El cine militante en los EEUU desde sus orígenes hasta la 1ª Guerra Mundial
Carlos Valmaseda
Desde el punto de vista de la exhibición, en mayo de 1911 la proyección de la película The Strike at Mines en un cine de Nueva York provocó la salida airada de los espectadores por su visión anti-huelguista. La convención de la AFL propone hacer boicot a los cines que pasen películas antisindicales. Pero pronto comprenden que eso no es suficiente y es necesario organizar sus propios locales de proyección. Ya en 1909 radicales de Chicago habían organizado un cine para propaganda socialista y en 1911 son 12 músicos sindicados los que hacen lo mismo en Springfield (Missouri). Pero el esfuerzo más destacable parece ser en septiembre de 1911 cuando un grupo de militantes socialistas y sindicalistas crea en Los Angeles el Socialist Movie Theater. Muy rápidamente, ofrece un programa que consta de películas de ficción a favor de los trabajadores y noticiarios producidos localmente sobre huelgas, manifestaciones, campañas políticas socialistas y mítines sufragistas. El espacio tuvo mucho éxito y se acabó convirtiendo en un espacio político polivalente en las que además de proyecciones se organizaban charlas.
A una escala menor, socialistas del Bronx alquilan el 26 de agosto de 1912 el Rose Theater para presentar un programa con The Cry of the Children, The Merchant of Venice, varias comedias cortas y números musicales, unido a varias charlas y noticiarios socialistas de la reciente huelga textil en Lawrence (Massachusetts), las recientes manifestaciones del 1 de Mayo y otras «imágenes que retrataban la lucha de clases y la vida de la clase trabajadora». La velada tuvo un gran éxito con la asistencia de más de 1.000 hombres, mujeres y niños.
En 1913, los sindicalistas de Nueva York utilizaron otra sesión de cine para promover sus actividades, y dos años más tarde proyectaron películas anti-bélicas para promover la oposición al militarismo.
En Pittsburgh, la proyección de películas en las reuniones de los domingos en 1914 ayudó a aumentar la audiencia media de 100 a 3.000 personas. Así mismo, sindicatos y socialistas de California, Georgia, Nueva Jersey, Nueva York, Pennsylvania, Illinois, Wisconsin y Oklahoma, también usaron películas para hacer publicidad de huelgas, conseguir fondos y atraer grandes multitudes a reuniones y mítines.
PRODUCCIÓN
En nuestra entrada anterior ya habíamos visto algunas películas con un punto de vista radical, reformista o populista. Pero eran todas películas realizadas por productoras comerciales. En este texto vamos a centrarnos en aquellas que, además, eran el resultado de un proyecto militante, aunque se organizase a través de una productora comercial.
A Martyr to His Cause (1911) – Un mártir de su causa
En las elecciones municipales de 1911 el candidato socialista Job Harriman tenía grandes posibilidades de ganar la alcaldía de la ciudad de Los Angeles. Uno de sus principales detractores era Harrison Gray Otis, el propietario del periódico Los Angeles Times, abiertamente contrario a la sindicación de los trabajadores –sistema open-shop, como lo llaman eufemísticamente en los Estados Unidos– quien además tenía intereses particulares en la derrota de Harriman porque había comprado grandes propiedades en el valle de San Fernando, en el que un acueducto en construcción iba a revalorizar enormemente su valor, algo que un triunfo socialista podía poner en riesgo. En una editorial de su periódico, Otis pronosticaba que un triunfo de Harriman «se traduciría en una orgía del mal, en una época de estancamiento en los negocios, en recortes en la edificación, en retiradas de capitales, en hambre en los hogares y en disturbios en las carreteras». El 1 de octubre de 1910 una potente explosión destruye la sede del periódico, matando a 21 trabajadores e hiriendo a más de 100. Esa misma mañana se encontraron más bombas en la casa de Otis y en la sede del director ejecutivo de la patronal Merchant and Manufacturers Association. El día de Navidad de ese mismo año, otro paquete de dinamita destruía parcialmente una planta de Llewellyn Iron Works.
El alcalde de la ciudad encargó a un detective, William J. Burns, que ya estaba trabajando en otros casos de explosiones relacionadas con construcciones en metal, que investigase lo sucedido. Llegaron a la conclusión de que la explosión había sido obra de los dirigentes sindicales de la Asociación Internacional de Trabajadores de Puentes y Estructuras de Acero (BSIW por sus siglas en inglés). Mediante una estratagema claramente ilegal, en abril de 1911 consiguieron detener durante una reunión sindical en su sede de Indianápolis y llevar a Los Angeles a uno de sus máximos dirigentes, John McNamara, conocido como J.J., a su hermano James (J.B.) y a un tercer sindicalista.
La dirección del principal sindicato reformista, la American Federation of Labor (AFL), y en general todo el mundo sindical, consideró que todo había sido un montaje y ofrecieron toda su solidaridad a los detenidos. No era extraño que pensasen así, pues solo unos años antes, en 1906, ‘Big Bill’ Haywood, líder minero y del sindicato revolucionario IWW, había sido acusado de intentar asesinar con dinamita al ex-gobernador de Idaho. John MacNamara se convirtió en una figura muy popular, iniciándose una enorme campaña por su libertad. Para su defensa se contrató al abogado probablemente más famoso del país, Clarence Darrow, ayudado por el candidato socialista a alcalde, Harriman. Entre otros casos, Darrow había sido el abogado defensor en el famoso juicio sobre la teoría de la evolución, el caso Scopes, y quien había conseguido la absolución de Haywood. Darrow insistió en la necesidad de una gran campaña para conseguir apoyo popular, y aquí entra la producción de la película A martyr of his cause, considerando que podía ayudar a difundir el mensaje. La movilización fue masiva, y así, Bill Haywood hizo un llamamiento a una huelga general el primer día del juicio, y el Día del Trabajo de 1911 se declaró el ‘Día McNamara’, con miles de trabajadores desfilando con chapas pidiendo la absolución de los acusados.
No he conseguido encontrar ni un solo fotograma de la película, pero conocemos perfectamente su contenido porque su guion está publicado. Siguiendo este guion, vemos que la película está dividida en 19 escenas que repasan la vida laboral de MacNamara, su militancia sindical y las circunstancias de su arresto. Estos son los títulos de cada una de estas escenas:
El joven John J. Mac deja su hogar para buscar fortuna.
Se convierte en un trabajador de la construcción con acero.
Gracias a su laboriosidad y sobriedad es ascendido a capataz.
Unos años más tarde es elegido secretario de la Asociación Internacional de Trabajadores de Puentes y Estructuras de Acero.
Ocupa su cargo como secretario.
El 22 de abril de 1911: el arresto.
Los mantienen presos mientras el secretario es expulsado de la ciudad.
Y mientras tanto, se le entregan papeles de extradición ilegales.
La búsqueda infructuosa de pruebas incriminatorias.
El viaje salvaje a Terre Haute.
La llegada a Terre Haute.
Su llegada y confinamiento en Los Angeles.
Su mensaje a los trabajadores organizados.
La película, con una extensión de dos bobinas, fue realizada por la productora de Dayton (Ohio), W. H. Seely Company, pero, con un coste de 2.577 dólares, fue sufragada íntegramente por el Comité de Defensa Legal MacNamara de la AFL. Fue estrenada con gran éxito en Cincinnati en septiembre de 1911, con una asistencia de unos 50.000 personas, para luego ser proyectada en cines de todo el país. Se le auguraba, por tanto, un gran éxito comercial.
Todo tendría un fin repentino cuando el 1 de diciembre de 1911 ambos hermanos MacNamara reconocen su culpabilidad. James B. como responsable de la explosión en Los Angeles Times y las demás bombas de ese mismo día, y JJ como inductor de la explosión en la fábrica de Llewellyn Iron Works. Cuatro días más tarde, el rival de Harriman arrasa en las elecciones y se pierde la posibilidad de un alcalde socialista en Los Angeles. La película fue retirada de las carteleras inmediatamente y, como comentaba, no solo permanece perdida sino que no he podido encontrar ni un solo fotograma.
From Dusk to Dawn (1913) – Del atardecer al amanecer
Una de las personas afectadas por el fracaso socialista en las elecciones de Los Angeles de 1911 fue Frank E. Wolfe, uno de los candidatos a concejal que no fue elegido. Franklin Eden Wolfe había nacido el 18 de mayo de 1869 en Princeton (Illinois). Su padre murió cuando él era muy joven y la familia se trasladó a Kentucky, donde realizó diversos trabajos hasta especializarse como telegrafista de los ferrocarriles, donde se dedicó muy rápidamente a la actividad sindical, lo que llevó a que fuese vetado por todas las compañías. Trabajó entonces, también como telegrafista, en Western Union y más tarde como reportero y editor para Associated Press y como periodista freelance para multitud de periódicos, mientras seguía organizando sindicalmente a los telegrafístas. Socialista convencido, cuando lo nombraron editor gerente de Los Angeles Daily Herald en 1909 lo convirtió en una auténtica «escuela de socialismo». Otis, al que ya conocemos como propietario de Los Angeles Times, consiguió que fuese despedido a principios de 1911. Wolfe viajó a Sacramento, la capital del estado, donde creó el primer Buró de Publicidad Legislativa del Partido Socialista. Regresó a Los Angeles para presentarse a las elecciones municipales y hacerse cargo del recién fundado California Social Democrat. El desastre de la confesión de los MacNamara y la derrota electoral supusieron un cambio radical en la vida de Wolfe. Le convencieron de la necesidad de nuevos métodos de propaganda. Aunque siguió trabajando en prensa creando en 1913 la revista The Western Comrade, en la que participaba, entre otros dirigentes socialistas, Jack London, Wolfe creía que la respuesta estaba en el cine. Como escribió en un artículo, «Vamos a pintar el cine de rojo».
En septiembre de 1913 se estrena la película From Dusk to Dawn. De cinco bobinas, había sido realizada durante un periodo de varios meses por Occidental Motion Picture Company, que contaba con un capital de 25.000 dólares y, según Wolfe, con la ayuda del Partido Socialista, razón por la que la hemos incluido en el listado de cine militante. Wolfe había sido su productor, director y guionista. La película contaba con la participación de actores y técnicos profesionales y se dice que en las escenas de masas llegaron a participar 10.000 extras.
La trama cuenta el romance entre el trabajador de una fundición de acero Dan Grayson y la lavandera Carlena Wayne. La película refleja con gran exactitud las condiciones de vida de la clase obrera, no en vano se utilizan en ocasiones fragmentos de documentales intercaladas con escenas de ficción. Al estilo de Griffith, se plantean los grandes contrastes de las viviendas miserables de los trabajadores con las mansiones y vida lujosa de los millonarios. Dan y Carlena reclaman medidas de seguridad en sus trabajos. Sus peticiones no son atendidas y Fred, hermano de Carlena y amigo de Dan, muere en una explosión por las deficientes condiciones de trabajo. Cuando reclaman mejores condiciones y un aumento de salario, Dan y Carlena son despedidos. Sus compañeros en la lavandería y en la fundición inician huelgas no violentas en defensa de sus camaradas. Solo un hombre reclama el uso de la violencia, pero resulta ser un espía de la patronal. Esta recurre a la violencia para acabar con los piquetes, utilizando matones y a la policía, como vemos en la imagen que encabeza este artículo. Cuando ni siquiera eso consigue frenar las protestas, los patronos persuaden al consejo municipal para que proclame una ley prohibiendo que quien participe en los piquetes pueda hablar con los esquiroles –una medida que había sido realmente aplicada por el consejo municipal de Los Angeles–. Dan y Carlena son arrestados bajo la nueva legislación, pero una vez más los compañeros siguen firmes en su movilización. Finalmente, los patronos se ven obligados a ceder y aceptar las demandas de los trabajadores. Esta victoria lleva a los compañeros de Dan a convencerlo para que se presente como gobernador en la candidatura socialista. Acepta y lo vemos en escenas de masas realizando mítines. Asustados ante la posibilidad de una victoria socialista –claramente una reconstrucción en positivo de lo que en realidad había pasado en las elecciones de 1911–, los capitalistas y los políticos acusan a Dan de conspiración. Este contrata al abogado que ya conocemos, Clarence Darrow, interpretándose a sí mismo, para que lo defienda –también aparece Job Harriman–. Darrow reproduce el discurso que pronunció durante su juicio –le habían acusado de intentar sobornar al jurado del caso MacNamara–, gana el caso y Dan consigue una brillante victoria y es elegido gobernador.
En las escenas finales, Dan, en un Senado controlado por los socialistas, considera presentar una ley de «derecho al trabajo» que garantize este para todos los trabajadores. Pero pensando en su responsabilidad con los votantes conservadores que se oponen a la ley, duda, hasta que se presenta Carlena con una petición con las firmas de 25o.000 ciudadanos pidiendo su aplicación. Convencido de que el pueblo ha hablado, firma la ley y la cámara se funde a negro lentamente ante Dan y Carlena cogidos de la mano y comprometiéndose a «convertirse en camaradas de por vida».
La estrategia de Wolfe de mezclar entretenimiento con política radical tuvo un tremendo éxito. El magnate Marcus Loew contrató la película para toda su cadena de cines en Nueva York, donde la presenciaron medio millón de personas aproximadamente. En Chicago consiguió también una asistencia record, proyectándose en 45 cines durante dos semanas. El mismo éxito la acompañó por el resto del país.
From Dusk to Dawn acabaría siendo la única película de Wolfe. Movido por el éxito de esta cinta, anunció que en 1915 abriría un estudio en Llano del Rio, un proyecto de cooperativa comunitaria socialista agraria que no consiguió consolidarse. Aunque unas 150 familias vivían en Llano del Rio, la falta de agua frenó el proyecto que se suspendió en 1918 y se trasladó a Luisiana, donde ya no se incorporó Wolfe.
What is to be done? (1914) – ¿Qué hacer?
No estoy nada seguro de que nuestra próxima película sea un proyecto militante colectivo. Más bien parece el resultado de los esfuerzos individuales del actor socialista Joseph Leon Weiss. Nacido en 1872, este residente de Brooklyn era miembro de la Hebrew Actors’ Union y cofundador del principal periódico en lengua extranjera, el socialista Jewish Daily Forward.
Como en los casos anteriores, me ha resultado imposible encontrar un solo fotograma de esta película, con un título claramente inspirado en la novela homónima de Chernyshevski que también inspiraría a Lenin. El objetivo de la película es la denuncia de una de las peores tragedias obreras producida ese mismo año en los EEUU: la masacre de Ludlow, que ya presentamos en nuestra entrada anterior. Pero en lugar de centrarse directamente en este acontecimiento, la película recurre a la dramatización de una huelga obrera para explicar las causas de la masacre.
La trama cuenta la historia de amor entre Henry Dryer, el hijo liberal del propietario de una fábrica, y Louise Laffayette, una estenógrafa que organiza a los trabajadores en la fábrica del padre de Henry. La película empieza con Louise dirigiendo a los trabajadores en una protesta contra una reducción del 10 por ciento de su salario. Para explicar las causas del descontento obrero, Weiss utiliza a Louise para lanzar un discurso sobre la «vida, el trabajo y la lucha de la clase trabajadora». Cuando empieza a hablar, la película pasa a una serie de viñetas cortas mostrando aquello que ella está explicando. Vemos a una familia trabajadora cuyo hijo muere porque no pueden comprar medicinas; un capataz de fábrica que inicia involuntariamente un incendio –similar al del edificio Triangle que presentamos en nuestra entrada anterior–; hombres y mujeres obligados a hacer colas del hambre por un pedazo de pan, y mujeres y niños llorando ante el cuerpo de hombres muertos en la explosión de una mina. «Esto es lo que espera a los trabajadores», dice Louise, pero los representantes de la patronal hacen oídos sordos, lo que lleva a la convocatoria de una huelga.
El resto de la película alterna entre las escenas de amor con Henry, a quien gana para la causa de los trabajadores, y las luchas de los huelguistas por la justicia, siempre presentadas como ordenadas y pacíficas contrariamente a las películas con una visión conservadora, en las que los huelguistas son siempre una muchedumbre violenta y sin control. Los patronos utilizan a agencias ‘especiales’ para conseguir esquiroles. Cuando el malvado señor Marlowe, propietario de una de estas agencias les dice a un grupo de propietarios que hay que utilizar la violencia y golpear a los líderes obreros, estos asienten. En las siguientes escenas vemos a los mafiosos asesinando a un líder sindical, usando sus ‘herramientas’ para golpear a los huelguistas y persuadiendo a la policía para que colabore con ellos. El clímax se produce cuando Louise, indignada por la violencia, les pregunta a los representantes de la patronal: «¿Saben que pasó en Colorado?» para referirse a la masacre de Ludlow. La película muestra entonces las tiendas de los mineros y va explicando paso a paso lo sucedido: como los hombres de Rockefeller prendieron fuego a las tiendas de los huelguistas y luego dispararon contra mujeres y niños que intentaban huir. Al presentarlo justo después de la violencia contra los trabajadores en huelga, Weiss intenta demostrar que la represión en Ludlow es algo que sucede habitualmente y no un caso aislado. Escarmentado por esta terrible historia y temiendo la desaprobación pública, el padre de Henry accede a las peticiones de los trabajadores. Pero la película termina con una nota amarga: Dryer concede el aumento salarial, pero él y sus colegas de Wall Street acuerdan compensar sus pérdidas elevando los precios de todos los productos de primera necesidad. Cuando la noticia llega a una reunión sindical, el último plano presenta los puños de los trabajadores elevados al cielo clamando: «¡Oh, dios! ¿Qué hacer?».
La película se estreno en el Grand Street Theater de Manhattan en noviembre de 1914, al parecer con bastante éxito, porque fue proyectada de nuevo en el Miller Theater de Brooklyn el siguiente enero.
Mientras tanto, sindicatos y el partido socialista habían seguido haciendo películas más pequeñas. Para las elecciones de 1912 el partido socialista había producido un noticiario sobre Eugene V. Debs, el candidato presidencial, y para la de 1916 algo más humorístico, mediante dibujos animados en el que bailaban las letras con los nombres de sus candidatos, Allan Benson y George Kirpatrick.
En 1914 los trabajadores en huelga de la Fulton Bag and Cotton Mills de Atlanta grabaron y exhibieron películas como parte de su estrategia para «mantener la agitación … conseguir la simpatía del público general … y el apoyo de los funcionarios de la ciudad al mostrar la suciedad y las condiciones poco saludables de las fábricas».
Steve Ross habla en su libro de una serie de películas grabadas en 1916, por la Western Federation of Miners sobre la huelga en las minas de cobre en Calumet (Michigan), en la que 72 hombres, mujeres y niños murieron en una estampida durante una fiesta organizada por los mineros en la Nochebuena de 1913, lo que daría origen también a la canción de Woody Guthrie 1913 Massacre (aquí la grabación). Según Ross, las películas fueron robadas cuando llegaron a Nueva York por detectives empleados por la compañía minera, Calumet and Hecla Mining Company. No obstante, la huelga había terminado tres años antes, por lo que las fechas no coinciden.
En un ambiente mucho más festivo, para celebrar el Día del Trabajo de 1916 los sindicalistas de Los Angeles realizaron y exhibieron la película de tono burlesco, General Garrison Bray Who-Tis, The Hero of the Battle of Caloocan, dedicada al propietario del Times, Harrison Gray Otis.
Quizá para fomentar este pequeño auge del cine militante, se creó en Chicago en 1914 la Socialist Film Attractions, con el objetivo de ayudar a sus camaradas interesados en grabar cortos, pero no he encontrado más información de sus actividades que en el libro de Ross.
En 1917 los Estados Unidos entrarían en la 1ª Guerra Mundial y, especialmente tras su fin y la Revolución Rusa en 1918 y el periodo de histeria anticomunista que le seguiría en 1919, las condiciones cambiarían completamente tanto en el movimiento obrero en general como en el cine militante en particular. Pero eso será ya objeto de otra futura entrada.
Bibliografía utilizada
Steven J. Ross. Working-Class Hollywood: Silent Film and the Shaping of Class in America. Princeton University Press, 1998
Del mismo autor hay una página web educativa en la que se presenta una versión muy reducida de esta obra, con ejercicios: Visualizing Ideology: Labor vs. Capital in the Age of Silent Films . Interesa especialmente la parte dedicada a From Dusk to Dawn.
Para un listado con resumen de las principales películas de este periodo: Film and the American Left: A Research Guide, de M. Keith Booker.
Sobre la campaña electoral en las elecciones municipales de 1911 en Los Angeles y el atentado de Los Angeles Times: los dos artículos de la serie «Red Flags over Los Angeles» en KCET. Part I: Socialism and the Election of 1911 y Part 2: Bombs, Betrayal, and the Election of 1911.
Una pequeña biografía de Frank E. Wolfe en IMDB.
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