Un punto de encuentro para las alternativas sociales

La Democracia Ecológica Radical echa raíces en África

Simon Mitambo

La Democracia Ecológica Radical es diferente de la democracia representativa convencional que domina el mundo. Es una democracia en la que los pueblos indígenas y las comunidades locales de África están haciendo valer sus derechos a la toma de decisiones incorporando asambleas de ciudadanos locales, responsabilidad ecológica y soberanía de los medios de vida. Por ejemplo, las comunidades que trabajan con la Sociedad para el Aprendizaje y la Transformación Alternativas (SALT) están recordando su sistema de gobierno de clanes y sus leyes consuetudinarias y, con ello, sus responsabilidades ancestrales de proteger su territorio y su cosmología.

Con el apoyo de la Fundación Gaia y la Fundación Siemenpuu, han comenzado a revivir y documentar sus leyes consuetudinarias para asegurar el reconocimiento legal de su sistema de gobierno consuetudinario, que a su vez les ayudará a proteger sus lugares naturales sagrados y sus tierras ancestrales.

En lugar de depender completamente de las leyes e intervenciones nacionales de arriba abajo para proteger sus ecosistemas africanos, estas comunidades están tomando la iniciativa de revivir y mejorar sus profundos conocimientos ecológicos, sus prácticas y sus sistemas de gobernanza. Lo hacen para restablecer la diversidad de semillas autóctonas y la soberanía alimentaria, y para reforzar los sistemas de gobernanza consuetudinarios derivados de las leyes de la naturaleza. La naturaleza es su principal
texto y fuente de derecho.

Creciente reconocimiento de la democracia alternativa en África

La comprensión y el reconocimiento del valor intrínseco de las leyes consuetudinarias han ido ganando terreno en las dos últimas décadas con el apoyo de un creciente conjunto de instrumentos e iniciativas internacionales junto con un amplio reconocimiento de las comunidades indígenas como custodios de sus tierras y territorios ancestrales. Estas leyes consuetudinarias actúan para regular la actividad huma
na y proporcionar el cuidado y la tutela necesarios hacia nuestro medio ambiente. En 2009, la Comisión Africana dictó la primera sentencia de un tribunal internacional que reconocía a los pueblos indígenas de África y sus derechos como custodios de sus tierras ancestrales. La Comisión interpretó el artículo 8 de la Carta Africana en el sentido de que «la religión está a menudo vinculada a la tierra, a las creencias y a las prácticas cul
turales, y la libertad de culto y de participación en esos actos ceremoniales está en el
centro de la libertad de religión». La Comisión también interpretó el significado de «cultura» como «la asociación espiritual y física con la tierra ancestral, los conocimientos, las creencias, la moral, los valores, la ley, las costumbres y cualquier otra práctica». Otro hito en la interpretación de la Carta Africana en relación con las tierras ancestrales y los sistemas de gobernanza consuetudinarios ha sido el
caso Endorois, en el que el Tribunal Africano confirmó el valor y la importancia de los derechos tradicionales de los pueblos Endorois a su tierra y su cultura. Desde entonces, ha ido surgiendo un número creciente de casos tangibles de reactivación y reivindicación del reconocimiento legal de los mismos.

Aprobación de la resolución africana: ACHPR/Res. 372 (LX) 2017

La Fundación Gaia y sus socios, incluida la ABN, han trabajado estrechamente con la Comisión Africana para impulsar la aprobación de la Resolución Africana: ACHPR/Res. 372 (LX) 2017. En 2017, los argumentos persuasivos y sustantivos para el reconocimiento y la protección de los sitios naturales sagrados formaron la base de una nueva Resolución (ACHPR/Res.372 (LX) 2017). Fue presentada por el Grupo de Trabajo sobre Poblaciones Indígenas (GTPI) y adoptada en la 60ª Sesión Ordinaria de la
ACPHR en Niamey, Níger. La resolución ACHPR/Res.372 ha sido aplaudida por marcar un nuevo capítulo en el reconocimiento por parte de África de los lugares naturales sagrados, las tierras ancestrales y las tradiciones que los han protegido y sostenido durante generaciones. Su exitosa aprobación ha sido motivo de celebración, ya que representa un paso importante hacia la descolonización de los sistemas jurídicos africanos y las prácticas de conservación, fortaleciendo los sistemas plurilegales de África. La Carta Africana, que guía a la Comisión Africana y a sus resoluciones,
aboga por la descolonización del sistema jurídico de África y por la revitalización y valoración de su patrimonio cultural y natural. La resolución ACHPR/Res.372 adopta esta visión y destaca la importancia de los lugares naturales sagrados para proteger y apoyar la relación entre las personas, la tierra, la espiritualidad y la cultura, especialmente para los pueblos indígenas y las comunidades locales. Subraya la importancia de los sistemas de gobernanza consuetudinarios para garantizar la integridad ecológica, así como los valores culturales, ecológicos y espirituales.

Mediante la resolución ACHPR/Res.372, la Comisión Africana ha reconocido el papel fundamental que desempeñan los lugares naturales sagrados en la protección de los ecosistemas africanos y en la realización de los derechos de los pueblos africanos, incluido el derecho de los pueblos a su propia forma de vida económica, social y cultural. La resolución va más allá de la promoción de los derechos humanos y de los pueblos en África: representa una convergencia de derechos y responsabilidades. Pide la participación justa, equitativa y efectiva de los pueblos indígenas y las comunidades tradicionales en el reconocimiento y la protección de sus derechos, creencias y prácticas en relación con los lugares naturales sagrados, así como las leyes consuetudinarias y los sistemas de gobernanza. Pide que se reconozcan los derechos de custodia, el derecho a la religión y a las creencias culturales, el derecho a los ecosistemas sanos y los derechos de la naturaleza.

La resolución se inspira en la diversidad de las culturas africanas y en el derecho consuetudinario o a priori que se ha visto socavado desde la época colonial y no en el sistema jurídico occidental, moderno y centrado en el ser humano. Destaca el papel de los custodios, las comunidades custodias y sus responsabilidades ancestrales con la tierra. Reconoce que los pueblos indígenas de África, guiados por sus custodios, mantienen los conocimientos indígenas a priori, las innovaciones, los valores, las prácticas, las leyes y los sistemas de gobernanza que conectan a las comunidades en una relación profunda y espiritual con los ecosistemas biodiversos de sus tierras ancestrales.

El Colectivo Africano de Jurisprudencia de la Tierra, junto con seis socios que trabajan con comunidades de seis países africanos, está trabajando para demostrar cómo las comunidades custodias se esfuerzan por proteger sus lugares naturales sagrados y por revivir o fortalecer sus sistemas de gobernanza consuetudinarios, mostrando así el camino para aplicar la resolución ACHPR/Res.372 en sus propios términos.

Hacemos un llamamiento a los gobiernos africanos y al mundo para que apoyen estas iniciativas emergentes con el fin de contrarrestar las amenazas que pesan sobre los ecosistemas más preciados del continente y revivir formas de vida que restablezcan la relación entre las comunidades, sus tierras
y sus aguas tras siglos de daños coloniales.

Simon Mitambo es un profesional de la jurisprudencia de la Tierra y cofundador de la Sociedad para el Aprendizaje y la Transformación Alternativos (SALT). Actualmente es el Coordinador de Programas Regionales de la Red Africana de Biodiversidad (ABN).

Fuente: Tejido global de alternativas nº 5 (https://aplanetainfo.files.wordpress.com/2022/01/global-tapestry-5-es.pdf)

Traducción de Aplaneta.

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