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El cine militante laborista británico en el periodo de entreguerras (2, sindicatos)

Carlos Valmaseda

En este repaso del cine militante de inspiración laborista vimos en nuestra entrada anterior el realizado por organizaciones más o menos próximas al Partido Laborista. Nuestra segunda entrada va a estar dedicada a una segunda rama de este movimiento, los sindicatos, y en la próxima veremos la organización que realizó el grueso de la producción cinematográfica de este periodo: las organizaciones cooperativistas.

SINDICATOS

Como en el caso del partido, el movimiento sindical del periodo de entreguerras mostró interés en el uso del cine como instrumento de propaganda, aunque en la práctica se concretaría en relativamente pocas actividades.

En el apartado de la exhibición, lo más destacado fue la existencia de salas de cine en varias comunidades mineras de Gales y en el condado de Durham, en el noroeste de Inglaterra. En Gales se tiene noticias ya desde 1912, y en 1919 había cines mineros en las localidades de Abercynon, Abergwynfi, Blaenavon, Llanbradach, Llanhilleth, Mardy,Mountain Ash, Nantymoel, Ton Pentre y Ynyshir.  En los años 20 se unirían algunas comunidades más. En el caso de Durham fueron ocho salas de cine mineras a finales de los años 20 en Blaydon-on-Tyne, Burnhope, Easington, East Hetton, Esh Winning, Ferryhill, Sacriston y Wheatley Hill.

Muchas de estas salas eran financiadas por el Fondo para el Bienestar de los Mineros [Miners’ Welfare Fund], creado por una ley de 1920 y por la que un penique de cada tonelada de carbón debía ser destinado a la educación, recreo y bienestar general de los mineros. Esto llevó a ciertas discusiones sobre si las proyecciones de cine debían ser consideradas susceptibles de financiación. Un informe oficial informaba de que algunas salas eran operadas directamente por los mineros, mientras otras cedían la sala a una empresa comercial. No veían objeción en zonas aisladas en las que resultaba difícil encontrar formas de entretenimiento, pero lo veían menos justificable en zonas en las que ya existiesen salas comerciales. No parece que el informe cortase finalmente la financiación, y en marzo de 1939 se formó una Asociación de Salas de Cine para el Bienestar de Mineros y Trabajadores [Miners’ Welfare and Workmen’s Halls Cinema Association] formada por 27 organizaciones.

Naturalmente, las películas proyectadas eran generalmente éxitos comerciales, pero también algún documental, películas sobre el mundo del trabajo y los inevitables clásicos soviéticos tan populares en esa época. En la revista del sindicato The Miner de diciembre de 1928, por ejemplo, se publicaba en un artículo con el título de «La Rusia soviética en el cine», que «los trabajadores que no han estado en Rusia, y no tienen oportunidad de ir, tienen al menos la oportunidad de ver por sí mismos algo de la vida y condiciones de los trabajadores rusos». La película había pasado la censura británica –paso muy complicado como veremos en una entrada posterior– y podía ser alquilada por tres libras por cualquier organización de trabajadores. Durante la Guerra Civil Española también se proyectaron varias películas a favor de la causa republicana. No obstante, como decíamos, el grueso debieron ser películas comerciales, probablemente americanas.

Desde el punto de vista de la producción, la empresa más importante fue sin duda la de la Union of Post Office Workers (UPW) [Sindicato de Trabajadores de Correos]. El sindicato se había formado en 1919 por la fusión de varias organizaciones anteriores: Postal and Telegraph Clerks’ Association, Fawcett Association y Postmen’s Federation así como otros pequeños sindicatos. Impulsada por el secretario nacional del sindicato, Horace Nobbs, produjeron en 1924 una película de 40 minutos titulada simplemente U.P.W. Film. Consta de cuatro temas principales: un esbozo histórico de los intentos por organizar a los trabajadores de correos en la segunda mitad del siglo XIX, para pasar a la actividad cotidiana de los trabajadores de correos en su trabajo. Sigue una descripción de cómo el sindicato consiguió afiliar a más de 100.000 trabajadores y cierra con unos diagramas animados destacando los logros e importante función del sindicato. En la revista del sindicato, The Post, se publicó un artículo explicando que el objetivo de la película era familiarizar a sus miembros con el rol realizado por su dirección y ampliar la perspectivas y atracción del sindicato. Al parecer la película fue un éxito y fue exhibida por todo el país entre 1924 y 1927. No parece que se haya conservado.

La película fue muy bien recibida también por otros sindicatos británicos, presentándola como la primera vez que se veía el sindicalismo en la pantalla, pero a la postre ninguna otra organización seguiría su ejemplo hasta la formación años después de la propuesta conjunta de partido, sindicatos y organizaciones cooperativistas a mediados de los 30.

El Consejo General del TUC [Trade Union Congress], la federación de los sindicatos británicos, también se planteó las posibilidades en propaganda y educación del cine. En 1924 se filmó La gira del TUC por la Unión Soviética [TUC tour of the Soviet Union], que sería proyectada en el Consejo General de mayo de 1925. A Albert Purcell, de la National Amalgamated Furnishing Trades Association y miembro de la delegación en el viaje a la URSS, se le encargó colaborar con la entidad censora británica en la edición de los intertítulos. La película no parece que se haya conservado.

Delegación del TUC en la URSS en 1924 (Fuente de la imagen)

 

 

 

 

 

 

 

En 1929 el TUC accedió a petición del movimiento sindical japonés a hacer una película sobre el Consejo General, pero desconozco si llegó a grabarse, y al año siguiente el Consejo General adquirió una película de la manifestación de la Juventud Socialista Internacional en Viena en la que aparecían algunas de las personalidades más destacadas del sindicalismo británico.

Pero la actitud general del sindicato fue de reticencia ante las dificultades técnicas y económicas. A pesar de las numerosas exhortaciones de miembros de diversos sindicatos al uso del cine como instrumento para la acción y la propaganda, cuando Walter Citrine, líder del sindicato, examinó la cuestión en un informe de 1935, volvió a citar las dificultades financieras como una de las principales trabas para el desarrollo de una actividad cinematográfica propia. Finalmente, el TUC se comprometería con el Partido Laborista para la creación de un Comité Conjunto [Joint Film Committee] que daría lugar a la  Workers’ Film Association.

Mientras tanto, a nivel local sí que surgió una iniciativa que llegarían a la realización de una película. En 1935 un grupo de trabajadores de la construcción produjeron un cortometraje de diez minutos titulado Construcción [Construction]. La película fue rodada por Alf Garrard, carpintero y cineasta amateur, combinando grabaciones clandestinas en una obra con una recreación de la huelga que tuvo lugar allí durante nueve días en octubre de 1934. Garrard hizo un agujero en su delantal para grabar con la cámara oculta, lo que da como resultado curiosos ángulos de grabación así como frecuentes pérdidas de foco. La película, que se puede ver gratuitamente –solo desde Gran Bretaña– en la página web del BFI, fue exhibida con éxito en varias sedes sindicales del área de Londres.

Bibliografía

Esta entrada es básicamente un resumen de la información que se encuentra en el libro de Stephen G. Jones, The British Labour Movement and Film, 1918–1939. Routledge, 2019.

La imagen de portada procede de la página del BFI de la película Construction.

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