El cine militante laborista británico en el periodo de entreguerras y IIª Guerra Mundial (4, Joint Film Committee y Workers’ Film Association)
Carlos Valmaseda
A mediados de los años 30 las tres principales corrientes en torno al laborismo: partidos políticos –fundamentalmente, el Partido Laborista, pero también otros como el Partido Cooperativista–, sindicatos –a través del TUC, Trade Union Congress– y el cooperativismo, llegaron a la conclusión de que podía ser útil unir fuerzas para poner en marcha una plataforma de producción, distribución y exhibición de películas para tareas de propaganda y educación. Como ya hemos visto, en los años anteriores el trabajo en este campo desde el laborismo partidario o el sindicalismo fue más bien escaso. Fue en el seno del cooperativismo donde se produjeron las experiencias más interesantes y, como veremos, así seguiría siendo con la creación de esa organización que pretendía aunar esfuerzos: el Joint Film Committee, en un primer momento, para dar paso casi inmediatamente a la Workers’ Film Association [WFA]. No es solo que fuese el cooperativismo el activo principal de este proyecto, sino que un especialista en el cine de esta época, Bert Hogenkamp, llega a titular el capítulo dedicado a este episodio como «la aventura de un hombre» [One Man’s Affair] por la importancia que tendrá Joseph Reeves en la puesta en marcha del proyecto.
Orígenes: el Joint Film Committee
En 1937 el Comité Conjunto de Cine [Joint Film Committee] formado un par de años antes por el TUC y el Partido Laborista reconoce que había «un interés general en todo el movimiento sobre la propaganda fílmica». Y llegan a la siguiente conclusión:
Para impedir el solapamiento y la duplicación y conseguir el máximo valor de los programas existentes, se establece a partir de ahora un Comité Nacional Conjunto de Cine [National Joint Film Committee], en el que se incluyen el Partido Laborista, el Trades Union Congress y el Comité Cooperativo de Cine [Co-operative Film Committee], con poderes para invitar para que formen parte a la Asociación de Viajes de Trabajadores [Workers’ Travel Association] y la Asociación Educativa de los Trabajadores [Workers’ Educational Association].
Parece que la primera reunión se celebró en enero de 1938, encabezada por Herbert Elvin, presidente del TUC. Se nombró un subcomité encargado de conseguir información sobre cuatro áreas principales: una oficina central y biblioteca de películas; el suministro de películas; la producción de películas; y la posibilidad de crear una organización para la producción y distribución de películas. Fue en esta reunión en la que se decidió establecer una organización conjunta conocida como la Workers’ Film Association (WFA) [Asociación Fílmica de Trabajadores]. Se nombró como primer secretario-organizador a Joseph Reeves, y parece que la organización como tal empezó a funcionar en octubre de 1938. Durante estos primeros años de Joint Film Committee y Workers’ Film Association quedó claro que la participación que se podía esperar tanto del Partido laborista como de los sindicatos era prácticamente nula. Paul Rotha, por ejemplo, uno de los mejores documentalistas británicos y estrecho colaborador de John Grierson, se había ofrecido a trabajar gratis, elaborando un corto de tres minutos Peace Film en 1936 que fue exhibido en multitud de salas de todo el país. En la Conferencia de 1936 del Partido Laborista en Edimburgo pronunció un discurso que sería publicado como Films and the Labour Party. Pero la respuesta del partido fue nula. Rotha acabaría dimitiendo de su posición en el Joint Film Committee. Ante este panorama, la actuación de Reeves fue muy diferente, centrándose especialmente en conseguir financiación a través del mundo cooperativo. Pero las posturas en este sector eran muy diferentes, por lo que conviene dar un pequeño rodeo para conocerlas.
Las discusiones en el cine cooperativo de finales de los años 30
En nuestra entrada anterior hicimos un repaso relativamente extenso de la evolución del cine militante cooperativista británico. Vimos como uno de los proyectos con más éxito fue el de la CWS con la creación de un sistema nacional de distribución y la realización de numerosas películas para la promoción de sus productos de consumo. Paralelamente, en 1929, el Comité Educativo Central de la Co-operative Union llegó a un acuerdo con una empresa cinematográfica, British Film Services, para la distribución de sus películas en programas educativos. No obstante, ante la tibia reacción de las sociedades cooperativas y la competencia de los servicios de CWS, el proyecto fracasó.
Unos años más tarde, en 1935, también en el seno de la Co-operative Union se aprobó el Ten Years Plan for Co-operative Education [Plan de Diez Años para la Educación Co-operativa]. Pero hubo un sector dentro del movimiento cooperativo que consideró que no se hacía lo suficiente para fomentar el cine cooperativo, y se unieron a principios de los años 30 en un grupo de presión, la National Association of Co-operative Education Committees (NACECS) [Asociación Nacional de Comités Cooperativos para la Educación], con personalidades destacadas como Reeves. La NACECS criticó el Plan de Diez Años y encargó a Reeves la realización de un informe sobre el estado del cine educativo. Esta misma asociación anunció que para 1936 propondrían la aprobación de una resolución en la Convención Anual de Educación de la Unión. Las relaciones entre NACECS y la Co-operative Union sufrieron numerosos altibajos en los próximos años. En una conferencia nacional celebrada en Swanwick en septiembre de 1936, en la que participaban también representantes de la Co-operative Union, Reeves propuso un proyecto nacional para la educación cooperativa mediante películas, denunciando la escasa actividad de la Unión hasta el momento. La charla sería después ampliamente divulgada en forma de panfleto. En esa misma conferencia sería aprobada finalmente la creación de la National Co-operative Film Society (NCFS) [Sociedad Nacional Cooperativa de Cine], pidiendo a las sociedades cooperativas locales una pequeña aportación para llevar a cabo programas de cine educativo. A partir de finales de 1936 Reeves se dedicaría plenamente a la promoción de la causa de la NCFS, actuando como secretario de un comité creado por la NACECS. Mientras tanto, el CEC de la Co-operative Union entró en negociaciones con la CWS y la NACECS para discutir las posibilidades de trabajo conjunto. En noviembre de 1936 el CEC declaró que «la formación de la propuesta National Co-operative Film Society … no era necesaria». La NACECS insistió en que la CEC colaborase con sus planes, pero finalmente este declinó participar en el subcomité de la Asociación. Ante este panorama, en la primavera de 1937 la NACECS decidió seguir adelante con el lanzamiento de la National Co-operative Film Society. La propuesta se resumía en lo siguiente:
Se prevé que la sociedad de cine actuará, para las sociedades más grandes, como una agencia para suministrar equipamiento y proporcionar un cambio semanal de programas de cine; para las sociedades medias, organizar el suministro de equipamiento sobre la base de alquiler-compra con un cambio semanal de programa, y para las sociedades más pequeñas, proporcionar un servicio ambulante por el que la sociedad podrá alquilar aparatos, operador, y películas para una sola exhibición a un precio inclusivo.
Las sociedades que preguntaron a la Co-operative Union recibieron la respuesta de que la Sociedad no había sido aprobada por la organización e insistieron en su programa de cooperación con la CWS. No obstante, y para consternación de la Co-operative Union, la NCFS hizo progresos muy rápidamente con el apoyo de algunas sociedades cooperativas. En el otoño de 1937 ya empezó a distribuir programas con películas y se organizaron más de cien exhibiciones ambulantes.
La CWS, por su parte, decidió no ceder sus películas publicitarias a la NCFS argumentando que no tenía suficientes copias para tantas exhibiciones. Por su parte, las sociedades partidarias de la NCFS acusaban a la CWS de ofrecer con sus productos poco menos que una ‘glorificación del imperialismo’.
A lo largo de 1938, la NACECS intentó conciliar posturas proponiendo la formación de un comité para la educación mediante el cine en el que participasen la Co-operative Union, la CWS y NACECS. La propuesta fue rechazada por la Union y sería entonces cuando Reeves daría el paso para la creación de la Workers’ Film Association.
Formación de la Workers’ Film Association
En septiembre de 1938 Reeves dimite de su cargo de tantos años en la RACS, donde ya vimos que había puesto en marcha un interesante programa de cine, para dedicarse íntegramente a la creación de un servicio de cine del movimiento laborista. Ya en años anteriores había habido alguna experiencia de cooperación, como en la campaña ‘Leche para España’ en la que se organizaron 146 exhibiciones públicas de películas y se realizó una pequeña película, con la participación de sindicatos y partido laborista. También, por cierto, de Kino, la empresa de cine de tendencia comunista que veremos en una futura entrada. Reeves aceptó ser miembro del consejo de esta empresa y organizó la contratación de sus películas para las proyecciones en la RACS.
Como vimos, en 1937 se crea el National Joint Film Committee y en noviembre de 1938 la Workers’ Film Association. Desgraciadamente, las disputas que hemos visto en nuestro apartado anterior impidieron la participación de la Co-operative Union y la CWS. Durante un tiempo, por tanto, habría hasta tres servicios nacionales de cine a la vez: el de CWS, el de NACECS y el de WFA. Ante lo absurdo de la situación, habría conversaciones entre todos los implicados durante buena parte de 1939. En agosto se lleó a un acuerdo por el que se crearía una entidad conjunta con participación de dos representantes de cada una de las cuatro organizaciones. Finalmente, sin embargo, la CWS decidiría no participar y mantener su propio programa nacional. Si fue posible, no obstante, la participación de la Co-operative Union a través de su CEC. Ya desde el principio la WFA creo un sistema de distribución de películas en 16 mm, pero pronto se encontraron con el problema del escaso número de películas: «Nos vemos limitados a proyectar una muy, muy pequeña proporción de películas de propaganda y un 90 por ciento de películas son de entretenimiento.»
La solución más lógica era crear ellos mismos sus propias películas. Reeves sabía que no podía contar con demasiado apoyo financiero del partido o de los sindicatos, por lo que recurrió una vez más al sector cooperativo. Más concretamente a la London Co-operative Societies’ Joint Education Committee (LCSJEC) [Comité Conjunto de Educación de las Sociedades Cooperativas de Londres].
Su participación fue posible gracias a un Plan Quinquenal de Producción de Cine [Five Year Plan of Film Production] presentado en el verano de 1937 por cuatro de las grandes sociedades metropolitanas: Londres, Royal Arsenal, South Suburban y Enfield Highway. El proyecto proponía «cinco películas documentales sociales sobre cooperación, produciendo una por año a un coste de mil libras cada una». Sería a partir de este proyecto, por tanto, que se realizarían las dos primeras películas de la WFA.
Advance Democracy [Avanzar en democracia] (1938)
La primera película financiada por la LCSJEC, encargada a la Realist Film Unit bajo la supervisión de Film Centre, se estrenó en octubre de 1938. En el marco del Documentary Film Movement, y dirigida por el comunista Ralph Bond, la película se inicia con la clásica imagen de los ‘paralelos mortales’, mostrando la yuxtaposición de dos realidades: la de los ricos y la de la clase trabajadora. La siguiente escena nos presenta a los principales protagonistas: Bert, un gruísta del puerto de Londres y May, su mujer. Tras algunas imágenes de su trabajo cotidiano, la siguiente escena nos muestra a la pareja discutiendo de política durante la cena. Mientras Bert muestra las típicas actitudes chovinistas de los años 30, su mujer tiene mucha más madurez ideológica y convence a su marido para que escuche un programa de radio sobre cooperativismo, siendo ella misma miembro de la Women’s Co-operative Guild. Mientras tanto, un breve corte nos muestra a trabajadores del puerto haciendo pintadas sobre el próximo 1 de mayo. Mientras la pareja escucha el programa de radio sobre cooperativismo, impartido por el diputado A. V. Alexander, vemos algunas imágenes de tipo documental ilustrando lo que se va narrando. Alexander recuerda finalmente la guerra de España y la necesidad de luchar contra el fascismo, por la paz, la libertad y la democracia. Al día siguiente, Bert, radicalizado, arenga a sus compañeros sobre los peligros del fascismo y les anima a participar en la próxima manifestación del 1 de mayo. La última parte de la película incluye precisamente imágenes de esta manifestación en Londres. Benjamin Britten, por cierto, orquestó el coro que interpreta canciones como La bandera roja o La internacional.
Como en otras tantas ocasiones, la película está disponible para su visualización gratuita en la plataforma del BFI. Por desgracia, solo desde Gran Bretaña. He aquí, al menos, un extracto de la película:
The Voice of the People [La voz del pueblo] (1939)
Antes de que la guerra interrumpiese abruptamente el programa de producción del LCSJEC, tuvieron oportunidad de realizar esta otra película, que muestra las luchas de los trabajadores a lo largo de la historia. La película, claramente una visión laborista, según Burton fue dirigida por el comunista Ralph Bond, pero en la ficha de BFI consta como director Frank Sainsbury; producida de nuevo por Realist con guion del periodista laborista Ritchie Calder; con diálogos del actor socialista Lewis Casson y Ted Willis (miembro de las juventudes laboristas) y música de Lennox Berkeley. La película comienza a principios del siglo XIX, mientras suena el himno Jerusalem, con imágenes ilustrativas del periodo, recordando la masacre de Peterloo en 1819. Luego pasa a algunas imágenes contemporáneas de las chimeneas humeantes de las ciudades del norte de Inglaterra. Aparece entonces un padre durmiendo con su hijo en un tugurio. Despertados por un vendedor callejero, el padre lleva sobre sus hombros a su adormilado hijo camino de la fábrica, donde trabajan en condiciones deplorables. Vemos entonces al padre en una reunión sindical clandestina. Son interrumpidos por la policía y detenidos. Se inicia entonces una secuencia de reconstrucción histórica en la que aparecen Robert Owen; la lucha por el sindicalismo representada por los trabajadores de Dorset; la agitación cartista; y el pragmatismo de los Pioneros de Rochdale, quienes iniciaron el principal movimiento cooperativista británico. La última sección titulada ‘Hoy’, muestra al mismo padre e hijo, pero ahora con ropas actuales, abandonando una moderna casa suburbial, pero esta vez con el hijo yendo al colegio. Se inicia de nuevo una secuencia documental mostrando los progresos de la educación, sanidad y vivienda, estableciendo de nuevo el ‘paralelo mortal’ entre las experiencias de los trabajadores de inicios del siglo XIX y los de los años 30 en Gran Bretaña.
Desgraciadamente, no he podido encontrar ningún vídeo completo o fragmentario de esta película.
La Workers’ Film Association durante la guerra
Si bien nos habíamos propuesto tratar solo del cine militante durante el periodo de entreguerras, la continuidad histórica de estas experiencias nos lleva a extendernos un poco más para mostrar sus actividades durante el periodo de la II Guerra Mundial.
El inicio del conflicto bélico incidió sin duda en las actividades de la WFA. Reeves había conseguido que otras organizaciones además de la LCSJEC se implicasen en la producción cinematográfica en 1939. Así, por ejemplo, la antigua sociedad en la que había trabajado Reeves, la RACS, produjo para sus celebraciones de su ‘Diamond Jubilee’ la película People with a purpose –disponible desde Gran Bretaña en BFI-; El sindicato Amalgamated Union of Building Trade Workers produjo The Builders; la National Society of Operative Printers and Assistants, The Jubilee; la Woodcraft Work, The Republic of Children; y el concejo de Camberwell en Londres, Camberwell is Prepared. También se había empezado a producir un noticiario, del que salió un único número. Pero sin duda no es en el sector de la producción en el que destacó la actividad de la WFA. Más importante fue la distribución y exhibición y la promoción de la educación de los trabajadores a través del cine, contando al final con una biblioteca de 900 películas sonoras y 500 mudas.
Durante todo este periodo las relaciones con la Co-operative Union y CWS siguieron siendo frías. Sin embargo, en el invierno de 1941-42 se produce un cambio fundamental cuando CWS anunció que había llegado a un acuerdo para crear una unidad de producción de películas de 35 mm para la WFA, y la Co-operative Union consintió finalmente en que las sociedades locales fuesen miembros de la WFA. Pero, una vez más, una serie de problemas burocráticos y legales llevaron a que la Co-operative Union participase finalmente en el comité ejecutivo de la WFA.
Pioneer Films y la producción de películas en 16 mm
Si bien no formaron parte de la WFA me ha parecido interesante recoger la experiencia de otra figura del periodo del cine militante cooperativista, Frank Cox, ya que su ausencia se debe a otro debate en el seno de esta organización: la realización de películas en 35 o en 16 mm, considerando Reeves que solo el formato de 35, aunque luego las películas se pasasen a 16 para su exhibición en lugares en los que estaba prohibida la proyección en 35 –por su inflamabilidad–, podía competir con el cine comercial, que era su último objetivo. Hay que decir, también, que a partir de 1942, estas películas de la London Co-operative Society (LCS) acabarían siendo distribuidas por la WFA, por lo que pasaron a formar parte de la órbita de esta asociación.
Ya habíamos visto en nuestra anterior entrada sobre cine cooperativista las actividades de Cox con el cine amateur sonoro y en color a principios-mediados de los años 30. Había empezado con películas de las festas del Día Internacional de los Cooperativistas para la London Society en 1932. Sus películas en color llamaron la atención del Comité Político de la LCS, que en 1937 asignó mil quinientas libras para la creación de una unidad de cine con el objetivo de producir tres películas: un noticiario, un documental y una película de ficción. Un año antes, Cox había abogado, como Reeves, en la creación de la NCFS pero, como acabamos de decir, en la discusión sobre la producción en 35 o en 16 mm se acabaría imponiendo el criterio de Reeves y Cox pasaría a trabajar exclusivamente con la LCS. Inicialmente, la unidad tuvo que depender del apoyo técnico de la empresa Pelly and Healey, con la que realizarían sus dos primeras películas en octubre de 1937: Peace Parade y People who count. En 1938 produjeron su película más ambiciosa, de ficción: ?Utopia. Al año siguiente producirían otra película de ficción: The Awakening of Mr. Cole [El despertar del señor Cole], también conocida como Christopher Cole’s Dream [El sueño de Christopher Cole].
En 1938 Pelly and Healey sería absorbida por Gaumont British Corporation, y Cox contrató a dos de sus técnicos más destacados, H. Dance y J. Fergusson, con los que se enfrentaría a retos técnicos considerables en la grabación de una actividad organizada por la LCSJEC en Wembley, ‘Pageant Co-operation’. La película resultante, muy destacable por sus resultados, fue Towards Tomorrow.
En 1939, la LCS graba una película en apoyo del Partido Cooperativista para las elecciones previstas en 1939-40 y que no llegarían a celebrarse. Se trata de The New Recruit [El nuevo recluta], una película de propaganda con el Partido Conservador en el papel del villano. En el Congreso Cooperativista de 1939 en Margate, la unidad de cine de la LCS hizo una exhibición pública de seis de sus películas, con nuevos títulos como Fashion Parade, Each for All y Potter’s Clay.
La calidad de las películas de Cox llevaría a que fuesen incluidas en el National Film Service de la CWS –la rival entonces de WFA–.
Iniciada la guerra, la unidad produciría una destacable The Rape of Czhechoslovakia [La violación de Checoslovaquia], dirigida por el recién exiliado Jiri Weiss, y The Home Front [El frente interno], con una visión curiosamente crítica sobre la guerra al criticar el acaparamiento y abuso de algunos tenderos.
En el otoño de 1940 la unidad de cine de la LCS cambia de nombre para convertirse en Pioneer Films. La unidad estaba ahora bajo un comité conjunto de los comités político, educativo y de gestión de la Sociedad de Londres. Sería entonces cuando son invitados a unirse a la WFA. Desgraciadamente, las circunstancias de la guerra llevaron a que no pudiesen realizar demasiados proyectos. Ese mismo 1940 trabajan en una película con un presupuesto de 200 libras para la Sociedad Cooperativa de Liverpool. Ha sobrevivido otra de sus películas, Progress, para la Sociedad de Coalville. Si bien se plantearon rodar una película para el centenario de los pioneros de Rochdale en 1944, nunca llegó a realizarse. En 1941 reciben el encargo de sus antiguos promotores, el Comité Político de la LCS, en colaboración con la Anglo-Chinese Developement Society, para promover el intercambio entre ambos movimientos cooperativos. Dos películas más, The Precious Stone, para la Sociedad de Guildford, y una grabación del ‘Centenary Pageant’ para la de Nottingham no se llegarían a finalizar por la falta de recursos para la impresión.
La producción fílmica de la CWS
De nuevo, aunque no formase parte del proyecto de la WFA, nos ha parecido interesante completar la información con el trabajo de la Co-operative Wholesale Society durante los años de la guerra. Recordemos que era la institución que más películas había realizado en todo este mundo hasta entonces, si bien la casi totalidad como cine publicitario. En los primeros años de la guerra la CWS creó su unidad de cine en formato profesional de 35 mm. La inmensa mayoría seguirían siendo películas publicitarias. Se puso a su frente a un especialista en este tipo de cine, George Wynn, procedente de Publicity Films Limited, y llevaba trabajando para CWS desde principios de los 30. La primera película de la unidad, sin embargo, sería en 16 mm para grabar el Congreso Cooperativista de Glasgow de 1940. Pero rápidamente pasarían a los 35 para una película sobre el ataque aéreo sufrido por Manchester en las navidades de 1940: Manchester took it, too [Manchester también lo sufrió]. Aunque su siguiente película era sobre técnicas de venta, Behind the Counter [Detrás del mostrador], la unidad sería contratada muy pronto por el Ministerio de Información –al que por cierto había sido trasladado Joe Reeves, impidiendo así probablemente, un mayor desarrollo de la WFA– y otros para producir películas que ayudasen en el esfuerzo de guerra: Machines and Men [Máquinas y hombres] (1941); Boiler House Practice [Prácticas en la sala de calderas] (1943); Steam [Vapor] (1944); Lifting [Elevación] (1944); o Furness Practice (1946). Se estima que en 1942 26 millones de personas vieron películas de la CWS.
También su hermana, la escocesa SCWS, realizó algunas películas durante los años de la guerra, como Out of the Box [Fuera de la caja] o Two Good Fairies [Dos hadas buenas].
Men of Rochdale [Hombres de Rochdale] (1944)
En los últimos años de la guerra la CWS produciría las dos películas más caras y ambiciosas de todas las que hemos visto hasta ahora del cine cooperativista británico. Se trata de Men of Rochdale [Hombres de Rochdale] (1944) y Song of the People [La canción de la gente] (1945), y vamos a verlas con un poco más de atención.
En 1944 se celebraba el centenario de la creación de la sociedad cooperativa de Rochdale en Lancashire, origen de la CWS. Por este motivo, la sociedad dedicó un presupuesto de quince mil libras para la realización de una película. Esta fue realizada por la unidad de cine de la sociedad en colaboración con Verity Films. Fue terminada en el verano de 1944 y distribuida en 35 mm.
La película se inicia con una imagen típica de las películas históricas de la época: una mano va a una estantería y saca The History of Co-operation, de George Jacob Holyoake, el clásico sobre el tema. Se abre el volumen y sobre una imagen del autor este empieza a recitar el porqué de su obra. Se recuerdan las dificultades del periodo y las tradiciones y aspiraciones de la clase trabajadora del periodo. Se presentan uno a uno los pioneros del movimiento y los ideales del cooperativismo a través del romance de los dos protagonistas, Sam y Sally. Se nos muestran los momentos más icónicos de la historia de los pioneros: la oposición de los terratenientes y los comerciantes; el alquiler del primer local en Rochdale; y su apertura en la noche del 23 de diciembre de 1844. Sigue con los intentos por hundirla por parte de los negociantes locales y la crisis de la década de los 60 cuando la guerra civil en los EEUU impide la llegada del algodón con el que trabajan las industrias textiles de Lancashire. La última sección vuelve a un modo documental habitual en el que Holyoake describe el desarrollo del movimiento con imágenes de sus tiendas, fábricas, granjas, transportes, etc. En el final, cinco prominentes pioneros aparecen sobreimpuestos ante una puesta de sol. La película termina con este diálogo entre Cooper, uno de los cooperativistas fundadores, y Holyoake:
Cooper: Yo era socialista. Los socialistas queríamos crear una sociedad de hermandad. Una ciudad de luz sobre una colina en la que todos pudiésemos ver una ciudad libre de pobreza, crimen y mezquindad. ¿Existe ya esta ciudad?
Holyoake: Todavía no, William Cooper.
Cooper: Entonces nuestro trabajo no ha terminado. ¿Quedan hombres en Inglaterra que puedan hacerlo?
Holyoake: Sí, William Cooper. Aún se pueden encontrar hombres. Hombres que serán libres; hombres que buscarán el modo de vida cooperativo. Hombres que terminarán el trabajo que ustedes, los hombres de Rochdale, empezaron.
La película fue una de las más proyectadas. En la primavera de 1945, Men of Rochdale había sido proyectada más de mil veces en salones y salas de cine de todo el país, distribuyéndose también copias en 16 mm, para poder ser proyectada en otros lugares.
Es posible ver completa la película, en inglés, en la página de la Biblioteca Nacional de Escocia: https://movingimage.nls.uk/film/0623
Song of the People [La canción del pueblo] (1945)
La última película del periodo de la CWS, dirigida por Maxwell Munden, de la que no he podido encontrar más información que la que aparece en el libro de Burton, «articuló el consenso progresista que había surgido en Gran Bretaña durante la guerra». La película empieza con un largo tráveling de una calle comercial, sobre el que aparece el título. Pero en ese momento una serie de voces preguntan su significado, para insistir en que se trata realmente de una película sobre el pueblo, la gente común. Sigue una escena musical, sobre los hambrientos, el trabajo, etc. para pasar a una escena en la que un grupo de trabajadores, la mayor parte mujeres, entra en una fábrica, mientras en la banda sonora se reproduce una canción muy popular en la época: Calling All Workers: Music While You Work [Llamada a todos los trabajadores: Música mientras trabajas]. La cámara finalmente se fija en un grupo de trabajadores que debate la historia de Gran Bretaña mediante una canción. Pero una de las voces les recrimina que aceptan con demasiada facilidad una historia de reyes, princesas y guerras, mientras lo importante es «cómo Mr. Brown ganaba el dinero que la Sra. Brown pagaba por el jabón y la sopa y el queso». Sigue el debate entre los trabajadores insisitiendo en que la historia popular es «la historia de los hombres que se unen. La camaradería de los pobres, eso es la historia». En los episodios se reproducen algunos de los momentos más importantes de las luchas sociales inglesas: las revueltas campesinas, los Levellers y Diggers de la Revolución inglesa, los luditas de la Revolución Industrial, los pioneros de Rochdale y los cartistas. Termina con héroes más recientes de la lucha de clases con imágenes documentales de trabajadores.
Los cien mil estibadores que marcharon sobre Tower Hill en 1910 pidiendo lo suficiente para vivir; y los setenta mil en Liverpool que hicieron huelga en solidaridad; los trabajadores británicos que de manera cooperativa enviaron un barco con alimentos a Dublin en 1913 para alimentar a sus ochenta mil hermanos trabajadores; y los ferroviarios en 1919, recuerda cómo se pusieron en pie por sus derechos; sí, y los impresores de Londres, que amenazaron con hacer huelga a menos que se reflejase adecuadamente en prensa el caso de los ferroviarios; y la huelga general en 1926.
La película termina con una voz que se dirige directamente a la audiencia: «Ahora, escoged. ¿Los muchos o los pocos?».
Bibliografía
-Alan G. Burton. The British Consumer Co-operative Movement and film, 1890s-1960. Manchester: Manchester University Press, 2005.
-Stephen G. Jones. The British Labour Movement and Film, 1918–1939. Routledge, 2019.
-Bert Hogenkamp. Deadly parallels: film and the Left in Britain 1929-1939. Lawrence and Wishart, 1986.
Imagen de portada: Fotograma de la película Advance democracy (1938)