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Entrevista a José Luis Martín Ramos sobre Historia del PCE (XIV)

Salvador López Arnal

«No hubo una sola, única, cultura antifranquista, precisamente porque nadie hegemonizó el antifranquismo.»

 

José Luis Martín Ramos es catedrático emérito de Historia Contemporánea de la Universidad Autónoma de Barcelona. Sus investigaciones se han centrado en la historia del socialismo y el comunismo. Sus últimas obras son El Frente Popular: victoria y derrota de la democracia en España (2016) y Guerra y revolución en Cataluña, 1936-1939 (2018). Acaba de publicar en la editorial El Viejo Topo un ensayo sobre la III Internacional y la cuestión nacional.
Centramos nuestra conversación en su último libro publicado hasta el momento: Historia del PCE, Madrid: Los Libros de la Catarata, 2021, 254 páginas.

Estamos en el segundo capítulo de la tercera parte de tu libro. Lo has titulado «El partido del antifranquismo» y lo has dividido en cuatro apartados: 1. De la política resistente a la de la «reconciliación nacional». 2. Consolidación de la política de masas, por encima de nuevas divisiones. 3. Crisis, con debate, y continuidad. 4. Las luchas llevan en volandas al PCE. Mucha, mucha «chicha» en este capítulo, uno de los más extensos. Nos centramos, si te parece, en los dos primeros apartados.
¿Por qué el partido (en singular) de la lucha antifranquista? ¿No hubieron muchos otros partidos antifranquistas?

Tiene que ver con las denominaciones del partido en su historia: el partido del Frente Popular, el partido de la resistencia, el partido de la lucha antifranquista, y con el hecho de que en esas tres etapas de la historia de España el PCE jugó un papel singular, determinante.

Lo que no quiere decir, como a veces se hace, que fuera hegemónico; no lo fue en ninguna de ellas, y en la última predominó entre mediados de los cincuenta y mediados de los setenta. Predominó, no hegemonizó la lucha antifranquista.

Y fue determinante porque en la etapa del Frente Popular fue su formulador y su principal defensor, y en la de la lucha antifranquista fue el partido con un mayor acierto táctico, y finalmente el de mayor despliegue de iniciativas democráticas y movilización popular contra la dictadura, incluyendo en ese bagaje al PSU de Cataluña.

Desde luego, desde luego. Sin decirlo, incluyo al PSUc cuando pregunto por el PCE.
¿A qué llamamos «lucha antifranquista»? ¿Un combate democrático y socialista, un combate de resistencia esencialmente democrático, lucha antifascista?

Sencillamente, a la lucha contra la dictadura que tuvo muy diversos contenidos. El del PCE pasó de la resistencia republicana, entre el final de la guerra civil y mediados de los cincuenta, a la lucha por la caída de la dictadura y la restauración de un sistema democrático.

¿Se puede hablar propiamente de cultura antifranquista? ¿Cuáles serían sus ejes básicos si fuera asi?

Mi opinión es que no hubo una sola, única, cultura antifranquista, precisamente porque nadie hegemonizó el antifranquismo. Sí, en cambio, diversas culturas antifranquistas, –es decir, anarquista y antifranquista, católica y antifranquista, comunista y antifranquista, etc.– que constituyeron un conglomerado pero no un material cultural único.

Compartieron valores –algunos, no todos ellos– y tuvieron en común muy mayoritariamente la defensa de las libertades básicas.

El papel del PCE (y del PSUC) en esta larga lucha, sumado a su heroico y reconocido comportamiento durante la guerra civil, ¿han sido las principales aportaciones del partido a la España democrático-republicana?

Aunque esa lucha haya sido tan larga como la dictadura, a la que finalmente no se pudo derribar, yo no diría que esa haya sido la principal aportación. El Frente Popular y la defensa de la Segunda República tras la sublevación de julio de 1936, desarrollada en un tiempo más corto, es igualmente importante, y primigenia de las aportaciones que realizará después.

Comentas en el primer apartado algo desconocido para mí (y creo que para muchos), la visita, en febrero de 1948, de una delegación del PCE (encabezada por Carrillo y Líster) a Yugoslavia para solicitar la ayuda de Tito. ¿Qué tipo de ayuda solicitaron? ¿Qué respuesta les dieron? Más en general, ¿apoyó la Liga de los comunistas yugoslavos la lucha contra Franco a lo largo de los muchos años que duró?

A Tito le pidieron equipo militar, armas y municiones para la guerrilla, y apoyo logístico, incluso, si eso era posible, aéreo desde Yugoslavia. Tito descartó ese nivel de compromiso y se limitó a prestar apoyo económico.

El apoyo de la Liga de los Comunistas Yugoslavos fue desde la acción solidaria, que pudo incluir apoyo económico.

Haces referencia a la muy citada y comentada entrevista de Antón, Carrillo y Pasionaria con Stalin de la que, recuerdas, no hay más documentación que los testimonios personales. ¿Testimonios coincidentes? ¿Aconsejó o no aconsejó Stalin a los dirigentes del PCE que abandonaran la lucha guerrillera?

No hay más que testimonio personal a posteriori, así que solo se pueden hacer hipótesis sobre lo que dijo o no. Parece que lo más verosímil es que les hablara de diversificar la táctica del partido, recordando las experiencias de lucha comunista en el seno de regímenes fascistas –el entrismo en las organizaciones de masas, etc.–. No es verosímil que Stalin les dijera que abandonasen la acción armada y que el PCE la mantuviera cuatro años más. En cualquier caso, que no mantuvieran la militarización de la política antifranquista, que dieran a la acción armada un estricto sentido político, o de cobertura, autodefensa, de la organización clandestina, y que de una vez se lanzaran a ese trabajo en el seno de las instituciones del régimen, que de hecho ya se planteó en 1939.

Aludes en varias ocasiones a Bas Aguado. ¿Quién fue Bas Aguado?

Francisco Bas Aguado, alias «Pedro», era un cuadro del PCE; tenía veinte años cuando se inicia la guerra y a pesar de su juventud llegó a ser piloto de caza. En 1939 se exilia a la URSS y participa en la Segunda Guerra Mundial. Acabada esta fue trasladado al Sur de Francia y en noviembre de 1947 se le envía al interior para que asuma la responsabilidad política de la Agrupación Guerrillera de Levante y Aragón. Su trayectoria quedó marcada por el ataque de la Guardia Civil al estado mayor de la guerrilla, instalado en Santa Cruz de Moya, en noviembre de 1949. Fue el único que pudo escapar, de los trece mandos de la guerrilla que había, por lo que sobre él recayó la sospecha de traición. No se confirmó y el hecho es que tras ese suceso la dirección del PCE le encomendó la dirección del Comité Regional hasta que, en el verano de 1950, José Gros fue enviado al interior para que asumiese la dirección del partido y la guerrilla. Gros no fue recibido por los cuadros del interior y se produjo un duro enfrentamiento entre ellos, en particular con «Pedro» y con otro veterano del AGLA, «Pepito el Gafas», Francisco Corredor, a raíz del cual Gros les ordenó a ambos regresar a Francia y discutir con Carrillo sus desavenencias.

Hasta aquí lo que se sabe, aunque las suposiciones parecen obvias. Ni Bas ni Corredor llegarán nunca a Francia, que se sepa.

De un artículo de Silvia R. Pontevedra del pasado 11 de octubre de 2021: «Las amenazadas montañas gallegas que custodian una “ciudad” de la guerrilla y una mina nazi»: «Los primeros estatutos de la Federación de Guerrillas Populares se firmaron precisamente en La Selva en diciembre de 1941. Al año siguiente se celebró el congreso fundacional en los montes de Ferradillo (Priaranza del Bierzo, León) y se rebautizó como Federación de Guerrillas de León-Galicia, la primera que nació tras la Guerra Civil. La Ciudad de la Selva era su sede central y allí residía largos periodos Marcelino Fernández Villanueva, Gafas.» ¿Quién fue Gafas? ¿Una «ciudad» guerrillera en las montañas gallegas?

La Federación de Guerrillas de León-Galicia fue la organización pionera de la resistencia armada contra la dictadura. La formaban grupos de huidos a los montes al acabar la guerra civil, en el eje Orense-León, con participación también de asturianos, entre los que estaba Marcelino Fernández, socialista, que fue el que promovió la unificación y lideró la Federación. Tenía una composición política plural, con socialistas, comunistas, cenetistas y también miembros sin ninguna afiliación. En su mayoría eran mineros, jornaleros y campesinos.

Los socialistas dominaron en la dirección hasta 1944, momento en que se fue produciendo una creciente incorporación comunista, de evadidos de destacamentos penales, entre ellos Francisco Elvira. La Federación se adhirió a la Unión Nacional Española en su congreso de septiembre de 1943.

La división política entre socialistas y comunistas erosionó internamente a la Federación, a la vez que en Galicia se constituyó por parte comunista un Ejército Guerrillero que fue ocupando espacios a la Federación. En 1946, después de que los comunistas abandonaran la Federación y se integraran en el Ejército Guerrillero, y presionada por el PSOE para que dieran por acabadas sus actividades y sus miembros se refugiaran en Francia, la Federación entró en declive y prácticamente desapareció en 1947, aunque se mantuvieron grupos residuales como el de Manuel Girón, muerto a traición en 1951 por un miembro de su partida recientemente incorporado. Manuel Fernández Villanueva aceptó la propuesta de Prieto y en octubre de 1948 se embarcó rumbo a Francia y un largo exilio.

La denominada «ciudad de La Selva», en los Montes de Casaio, en el extremo oriental de Orense tocando a León, era el lugar de concentración de los guerrilleros, entre los que destacaba la presencia de Manuel Girón. No sé a qué «mina nazi» alude.

Comentas que con el pretexto del depósito de armas encontrado en Barbazan, las autoridades francesas, además de las redadas con detenciones, prohibieron, ilegalizaron, en septiembre de 1950, al PCE, al PSUC y a organizaciones anexas. ¿Golpe duro para el Partido? ¿Hasta cuándo duró la prohibición? ¿Pasaron a la clandestinidad los dirigentes ubicados en Francia?

Golpe muy duro; el libro de Jordi Guixé de 2002 –L’Europa de Franco. L’esquerra antifranquista i la “caça de bruixes” a l’inici de la guerra freda. França, 1943-1951– da cuenta de todo ese proceso y es todavía la obra indispensable de referencia. De acuerdo con sus datos fueron detenidos 177 españoles, y 111 personas de otras nacionalidades, que fueron internados en un campo primero y deportados después a Argelia –79 españoles– y a Córcega –95–, en condiciones muy duras. La intervención de los gobiernos de las democracias populares consiguió que el gobierno francés aceptara la expulsión de los deportados que prefiriesen marchar a Europa del Este, 111 en total.

En ese momento había en Francia unos 250 militantes comunistas españoles y 75 de ellos consiguieron escapar al ser advertidos a tiempo de la redada. Los que escaparon marcharon hacia las democracias populares por su cuenta o se sumergieron de nuevo en la clandestinidad para mantener al partido en la mayor proximidad a España. Eso significó la dispersión de la dirección comunista en el momento en que se tenía que empezar a debatir qué línea había que seguir en la lucha contra la dictadura.

En la segunda mitad de la década de los cincuenta la dirección vuelve a concentrarse en París –a excepción de Dolores Ibarruri– bajo el liderazgo renovado de Carrillo y Claudín.

Te cito: «Cuando Carrillo llegó a Francia restauró la independencia formal del PSUC tanto en Francia como en Cataluña; lo hizo para facilitar la relación con el exilio catalán y el relanzamiento político del partido en el interior, con su propia imagen de marca, no porque compartiera los argumentos de Comorera». ¿Cuáles eran los argumentos del que fuera secretario general del PSUC? ¿Cuál era su posición real? ¿Pasionaria estaba por la fusión orgánica de ambas organizaciones?

Pasionaria siempre estuvo por la fusión de las dos organizaciones, es decir, por la integración del PSUC dentro del PCE. Carrillo, por el contrario, consideró desde un principio que sería políticamente más eficaz mantener la existencia del PSUC, en el bienentendido que la política comunista en España sería una sola. En el momento de la «crisis Comorera» esa supervivencia se hizo indispensable, de lo contrario Comorera se habría quedado en solitario con la denominación del partido, y comoquiera que esa relación peculiar no planteó mayores problemas y si beneficios respecto a la influencia en Cataluña, Carrillo mantuvo el criterio hasta las tensiones de finales de los setenta y comienzos de los ochenta, como se ve más adelante en el libro.

Te pregunto sobre ello en su momento. ¿Qué papel jugó el PSUC-PCE en la huelga de los tranvías de Barcelona en marzo de 1951? ¿Por qué estalló la huelga? ¿Con éxito?

Ningún papel. La organización estaba por debajo de mínimos tras la caídas de los últimos años cuarenta. Gregorio López Raimundo, destacado en el interior, tuvo que ser un espectador; aunque resultara ser detenido en las redadas desencadenadas por la policía tras la huelga. El motivo fue el alza del precio del billete del tranvía, que generó una protesta espontánea que fue extendiéndose por canales organizativos distintos, incluidos los de los sindicatos obligatorios del régimen; obviamente, todo lo poco que había de oposición antifranquista se adhirió de inmediato a la protesta.

Fue un éxito de movilización, hasta el punto de que el aumento del precio del billete quedó anulado.

Mi padre participó en esa lucha, me lo contó años después.

Señalas que la posibilidad de infiltrarse en las estructuras del sindicato obligatorio, la CNS (Central Nacional Sindicalista), fue una quimera hasta los años cincuenta. ¿Tan hegemónico era el control del aparato sindical por el fascismo? ¿A partir de qué año pudo o decidió participar el PCE en las elecciones sindicales?

No era un problema de hegemonismo sino de limitaciones legales para poder efectiva la infiltración como política (no como incidente individual). La infiltración pasaba por el estadio de los jurados de empresa pero no pudo plantearse hasta que estos dejaron de ser designados y pasaron a ser objeto de elección, a partir de 1944. Aún así, hasta 1947 siguieron siendo, de hecho, por designación ya que para ser candidato se había que tener la confianza explícita del régimen, es decir, estar en posesión del carnet de Falange.

De manera que el consejo de Stalin del que hemos hablado antes se producía en el vacío. En los cincuenta se fue levantando esa condición explícita y el PCE empezó a plantearse participar en las elecciones sindicales en 1954, aunque lo hiciera en casos contados.

Sostienes que la incidencia del partido en el ámbito intelectual y universitario tuvo que esperar a la llegada de Semprún en 1953 y al activismo de Pellissa en 1955, reforzado, añades, por el ingreso de Sacristán en el partido en 1956. ¿Tan importantes fueron Semprún, Pellissa y Sacristán?

Pellissa era un militante esforzado, leal y entusiasta; su trabajo organizativo tuvo que ser fundamental. El empujó a Luis Goytisolo, Salvador Giner y Joaquim Jordá a considerarse comunistas in pectore y consiguió, a través de un antiguo maestro de su pueblo, conectar con el partido; del los comunistas ya había oído hablar favorablemente a unos familiares instalados en Perpignan, en el verano de 1952. Al final del curso 1955/56, hecho el contacto con el PSUC, se constituyó la primera célula en la Universidad de Barcelona. No tengo ninguna duda sobre el papel fundamental que tuvo a la hora de pasar de las conversaciones entre amigos a la concreción del compromiso político clandestino.

A ese grupo se le unió Sacristán, al volver a Barcelona, después de su estancia de estudios en la República Federal Alemana, en Münster, Westfalia, en el Instituto de Lógica, durante la cual evolucionó ideológicamente y se adhirió al marxismo. La presencia de Sacristán y el activismo de Pellissa dio a ese grupo una potencia particular. Tenían un líder intelectual y un promotor de acciones y proselitismo. Aunque hay que añadir que paralelamente se formaron, por separado, otros dos núcleos de profesionales liberales, más o menos vinculados con la universidad. Uno alrededor de Francesc Vicens, y el otro –más reducido– impulsado por Desiderio Babiano, antiguo militante de las Juventudes Socialistas Unificadas, que captó a Víctor Mora –el creador del «capitán Trueno»– y a la novia de éste, Armonía Rodríguez.

En cuanto a Semprún…

Semprún, responsable de cultura de la dirección del PCE instalada clandestinamente en París, es enviado a Madrid en 1953 y consigue enhebrar una red de relaciones en el mundo intelectual y universitario, consolidando núcleos hasta entonces débiles y dispersos. Una de sus primeras relaciones fue con Enrique Múgica-Herzog, promotor del núcleo universitario en el que se integrarán Javier Pradera, Fernando Sánchez-Dragó, Ramón Tamames, entre otros. Otra línea de proselitismo se desarrollará en el mundo del cine, con la captación de Juan Antonio Bardem y Julio Diamante.

Las visitas de Semprún a Madrid se harán recurrentes en los siguientes años y su ascendente sobre el mundo universitario e intelectual se mantendrá hasta la crisis de mediados de los sesenta que le enfrentó, junto con Claudín, a Carrillo. Semprún lo tenía todo para se figura clave en esos mundos: carisma personal, autoridad política y discurso.

Descansemos un momento si te parece.

Me parece.

Entradas anteriores:

-Entrevista a José Luis Martín Ramos sobre Historia del PCE (I): “El Frente Popular y la lucha antifranquista son los periodos de mayor influencia social” https://espai-marx.net/?p=9319

-Entrevista a José Luis Martín Ramos sobre Historia del PCE (II). https://espai-marx.net/?p=9431

-Entrevista a José Luis Martín Ramos sobre Historia del PCE (III). https://espai-marx.net/?p=9498

-Entrevista a José Luis Martín Ramos sobre Historia del PCE (IV) https://espai-marx.net/?p=9655

-Entrevista a José Luis Martín Ramos sobre Historia del PCE (V). https://espai-marx.net/?p=9872

-Entrevista a José Luis Martín Ramos sobre Historia del PCE (VI) https://espai-marx.net/?p=10059

-Entrevista a José Luis Martín Ramos sobre Historia del PCE (VII) https://espai-marx.net/?p=10110

-Entrevista a José Luis Martín Ramos sobre Historia del PCE (VIII) https://espai-marx.net/?p=10167

-Entrevista a José Luis Martín Ramos sobre Historia del PCE (IX) https://espai-marx.net/?p=10212

-Entrevista a José Luis Martín Ramos sobre Historia del PCE (X) https://espai-marx.net/?p=10261

-Entrevista a José Luis Martín Ramos sobre Historia del PCE (XI) https://espai-marx.net/?p=10466

-Entrevista a José Luis Martín Ramos sobre Historia del PCE (XII) https://espai-marx.net/?p=10516

–Entrevista a José Luis Martín Ramos sobre Historia del PCE (XIII) https://espai-marx.net/?p=10566

3 comentarios en «Entrevista a José Luis Martín Ramos sobre Historia del PCE (XIV)»

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